Jugar es mucho más que un momento de diversión. Es una actividad realmente poderosa para el crecimiento del cerebro y el desarrollo de los niños en todas las áreas, incluidos el lenguaje, las matemáticas y las destrezas motoras y sociales.
El tiempo que tus hijos pasan jugando es probablemente más importante de lo que puedas imaginar. Cuando tus hijos juegan, están explorando el mundo que los rodea y aprendiendo a conectarse e interactuar con él. Y al igual que aprender a hablar o caminar, el juego tiene sus propias etapas de desarrollo. Los niños necesitan jugar para desarrollar habilidades esenciales y vincularse con el mundo que los rodea.
Jugar es parte del desarrollo cerebral. Hace que las neuronas del cerebro formen conexiones, influyendo en todas las áreas del desarrollo: destrezas lingüísticas, motoras y sociales. Por ejemplo, cuando tu bebé juega contigo al cucú o “¿Dónde está el bebé?”, está aprendiendo a hablar y a usar las manos para cubrirse la cara o los ojos. Jugar es una actividad entretenida y alegre para los niños —ya sea solos o acompañados— donde la diversión y el aprendizaje están asegurados.
Cuando les decimos a los niños “Ve a jugar”, en verdad estamos dándoles la posibilidad de aprender, ¡y de crecer!