Una vez que te hayas decidido por la mejor opción de cuidado infantil, ¡llega el difícil momento de decirle adiós a tu hijo(a)! Aquí hay algunos consejos para que esta transición sea lo más sencilla posible.
Es importante que hables con tus hijos y los prepares para esta nueva etapa. Así como necesitas confiar en el lugar o las personas que se encargarán de su cuidado, tus hijos también necesitan sentir esa misma seguridad para transitar este cambio. Mientras estés buscando cuándo y dónde los dejarás para su cuidado, empieza a contarles de qué se trata el cuidado infantil y qué es lo que harán a partir de ahora. Dales tiempo para que se adapten y procesen esta nueva rutina. Habla con los cuidadores sobre las maneras de ayudar a tus hijos a adaptarse. Es un cambio importante, incluso para un recién nacido, así que hablar de ello en voz alta será muy útil para todos.
Cuéntale a tu hijo(a) cómo sería un día típico al cuidado de alguien más. Descríbele y hablen de la nueva rutina.
Lleva a tu hijo(a) de visita al nuevo espacio o preséntale a su nuevo cuidador con anticipación. Programar un día para que tu hijo(a) juegue por un momento con su nuevo cuidador u otros niños le dará tiempo para conocerlos.
Si es posible, incorpora paulatinamente a tu hijo(a) en el entorno de cuidado infantil. Empieza por dejarlo(a) una o dos horas con el cuidador y ve aumentando el tiempo después de una semana. En su primer día, procura quedarte con tu hijo(a) en el nuevo entorno durante 30 minutos como mínimo.
En el caso de los niños en edad preescolar, aliéntalos a preguntar lo que quieran a su cuidador.
Durante los primeros días, si el centro o el cuidador lo permiten, prepárale a tu hijo(a) alguna de sus comidas favoritas para llevar al nuevo lugar.
Déjalo que lleve alguno de sus juguetes favoritos para cuando no esté contigo.
Al decirle adiós, recuérdale a tu hijo(a) cuándo y quién lo recogerá para volver a casa.
Debes dar el ejemplo: si muestras nerviosismo o preocupación, tu hijo(a) posiblemente sienta lo mismo. Actúa con seguridad y alegría de dejarlo con alguien más, de modo que pueda sentirse cómodo y protegido.
CONSEJO BREVE: Es posible que tu hijo(a) o tú también lloren las primeras veces que quede al cuidado de alguien más. Aunque se trata de un momento difícil, es una emoción sumamente normal. Por lo tanto, deja que tus hijos expresen lo que sienten mientras los consuelas y les muestras que estarán en buenas manos y con alguien de confianza.