La crianza es el modo en que una familia forma a sus hijos. En gran medida, consiste en enseñarle a tu niño(a) cuáles son las formas de comportamiento y las reacciones adecuadas. Antes de decidir cómo brindarle disciplina, es importante explorar distintas estrategias y elegir el enfoque que resulte mejor para tu hijo(a) y tu familia. No dudes en modificar y combinar las estrategias, siempre y cuando ayuden a tu niño(a) a aprender de manera positiva y te permitan ser coherente con lo que haces.
¿Berrinches y emociones fuertes? ¡De eso se trata la primera infancia! Es común que en un momento determinado los niños pequeños se enojen y se comporten mal; esto forma parte de su proceso normal de aprendizaje. La manera en que los padres y cuidadores reaccionan a ello puede ayudarles notablemente a mejorar su comportamiento y manejar sus emociones, no solo en ese instante, sino también en el futuro.
Destaca lo bueno. Felicita o reconoce inmediatamente los logros de tu niño pequeño. Dame los cinco, aplausos, palabras positivas y afecto son excelentes formas de reconocer su comportamiento positivo.
Deja en claro las expectativas. Hazle saber qué es lo que esperas. Usa frases como “primero... y después…” para que las órdenes sean simples. Por ejemplo, si tu niño pequeño quiere algo dulce antes de terminar la comida, puedes decirle: “Primero come el brócoli, y después podrás comer una fresa”.
Ayúdalo con las palabras. A medida que aprenden a hablar, los niños pequeños suelen tener dificultad para expresar lo que quieren o sienten. Puedes ayudarlos brindándoles un “guión” con lo que deben decir en determinadas situaciones. Por ejemplo, si tu niño(a) le quita un juguete a otro niño en el parque, puedes decirle: “Veo que quieres jugar con eso, pero pregúntale al niño ‘¿puedes prestarme el juguete, por favor?’”. Esto es algo que puede practicarse en el momento en que tu niño pequeño necesite las palabras correctas para expresarse.
Enséñale rutinas. Las rutinas ayudan al niño pequeño, ¡y a ti también!, a transitar los distintos momentos del día sin inconvenientes.
Dale tiempo. A menudo los padres esperan que el niño pequeño actúe o responda al instante, sin embargo este necesita tiempo para procesar y entender, ¡y más aún para hacer lo que se le pide! Intenta dar una orden a la vez y cuenta mentalmente hasta diez antes de repetirla.
Conserva la calma. Que tu tono de voz sea calmado y constante. Si te enojas, es muy probable que el niño también lo haga.
Mantén el contacto visual. Míralo a los ojos cuando le das una orden o le muestras cómo debe comportarse. De esta forma sabrá que le estás hablando y lo ayudarás a mejorarsu capacidad de escucha.
Dale cosas para que haga. Asignarle pequeñas “tareas”, o tan solo opciones, te ayudará a motivarlo. Por ejemplo, a la hora de ordenar, pregúntale: “¿Qué te gustaría guardar primero, los bloques o el rompecabezas?".
Haz que sea divertido. El juego es todo para los niños pequeños. Si conviertes las tareas cotidianas en un juego, es mucho más probable que el niño quiera participar. Así que, en lugar de decirle “¡Lávate los dientes!”, pregúntale “¿Cuántos dientes tienes? ¡Vamos a contarlos mientras los cepillamos!
Consejo importante: Cuando sientas que tu niño pequeño comienza a enojarte o no consigues calmar su llanto, haz una pausa para recuperarte ¡y no olvides respirar profundo! Pide a otra persona que se encargue brevemente de él; y si no hay nadie para ayudarte, déjalo un momento en algún lugar seguro. Darte tiempo para recuperarte y calmarte te ayudará a cuidarlo mejor.
Consejo breve: Los niños pequeños necesitan tener un “tiempo fuera”, es decir, un momento para descansar y relajarse. Si tu niño pequeño no acostumbra dormir la siesta, destina una parte del día para actividades que requieran estar tranquilo, como mirar libros, dibujar o recostarse a escuchar una música suave.
En tiempos de crisis profundas, como durante una emergencia nacional o durante una pandemia, aquí puedes obtener más consejos sobre la crianza de los niños y cómo manejar el estrés.