Establecer rutinas y horarios desde un comienzo te permitirá interactuar y responderle mejor a tu bebé. Aquí encontrarás algunos ejemplos útiles para comenzar.
Conocidos a menudo como la “niebla del recién nacido” o el “cuarto trimestre”, los tres primeros meses en la vida de tu bebé pueden ser un torbellino sin descanso. Las dificultades para alimentarlo y adaptarse a esta nueva forma de vida (tanto en sentido figurativo como literal) son algo normal. ¿Cómo hago para saber si el bebé quiere dormir? ¿Con qué frecuencia necesita comer y qué cantidad? Durante los tres primeros meses la incertidumbre es enorme, ya que tú y el bebé están descubriéndose mutuamente.
Establecer rutinas te parecerá algo imposible al comienzo, pero te permitirá organizar en cierto modo esta etapa caótica para ambos. Las rutinas y estructuras ayudan a que los bebés sepan qué esperar, aprendan del entorno y sientan seguridad.
Sigue los pasos de tu bebé. Observa en qué momentos come y duerme el bebé. Podrás comenzar a distinguir patrones que se convertirán naturalmente en un horario estricto. Del mismo modo, si ya existen determinadas rutinas diarias en el hogar (por ejemplo, llevar a un hermano mayor a la escuela por la mañana), deja que estas rutinas vayan creando un horario para ti y tu bebé.
Ten en cuenta el entorno y los momentos del día. Desde cantarle lo mismo cuando despierta hasta usar una sabanita especial para dejarlo boca abajo por un tiempo, la constancia y la regularidad nos ayudan a seguir una rutina y adaptarnos a ciertos horarios en el día. Cuando tu bebé esté a punto de dormir, procura que sea en un lugar tranquilo y con poca luz (el dormitorio, por ejemplo). Si planeas compartir un rato juntos, puedes salir a dar un paseo y contarle lo que ves a tu bebé. Cambiar de lugar puede ayudarle a comprender que otro momento de la rutina u horario está por comenzar. Los entornos nuevos también te darán más oportunidades para interactuar con tu bebé (por ejemplo, nuevas cosas para ver o escuchar).
Las rutinas son importantes. Pueden ser específicas para determinados momentos del día (la hora de dormir, de bañarse, etc.). Comienza por lo que resulte mejor para ambos. Presta atención a lo que tu bebé te dice o hace (ENLACE a la página de Servicio y devolución), y respóndele con amabilidad y entusiasmo.
¡Sé flexible! Los bebés cambian día a día, en especial durante los tres primeros meses de vida. Si notas que alguno de sus hábitos se modifica, tómalo como algo normal. Intenta fluir con lo que se presenta cada día. Si ves que las cosas no se dan como planeabas, simplemente puedes corregir o retomar lo que tenías en mente al día siguiente. Recuerda que las rutinas y los horarios deberían ayudarte a organizar las actividades cotidianas con tu bebé, no provocarte más estrés.
Aquí tienes una canción divertida para cantarle a tu bebé cuando despierta (siguiendo la melodía de “María tenía un corderito”):
Hola, hola, ¿cómo estás?
¿Cómo estás?
¿Cómo estás?
Hola, hola, ¿cómo estás?
¿Cómo estás hoy?