Si hablamos de cuidado infantil, las niñeras pueden ser una parte muy importante de tu sistema de apoyo. Contratar con antelación a una niñera de confianza puede conducir a una experiencia más positiva para todos.
Las niñeras suelen ser la salvación de madres y padres, ¡y los niños las adoran por igual! Ya sea por una hora o por más tiempo, tener una niñera es un recurso formidable, aunque esto requiera cierta preparación y planificación.
Es fundamental establecer con claridad y anticipación las pautas que deberá seguir la niñera. Antes de elegir a una niñera, habla con tus hijos acerca de lo que harán estando con ella. Si tus hijos son lo suficientemente grandes, déjalos que participen de la búsqueda y la elección de la niñera. Si es la primera vez que estarán con una niñera, necesitarás tomarte el tiempo para explicarles de qué se trata esta experiencia. Diles cómo será estar bajo su cuidado, cuándo regresarás a casa y qué tipo de actividades pueden hacer con ella.
Cuando busques a una niñera, pregúntales a tus amigos y familiares si tienen referencias o pueden recomendarte a alguien de confianza. También puedes buscar en algún sitio acreditado de Internet. Siempre es recomendable organizar previamente una entrevista con la posible candidata para saber si cumple con tus expectativas y las necesidades de tus hijos. Pídele referencias y verifica los datos sobre sus aptitudes y experiencia laboral.
¿No sabes qué preguntar? Aquí hay algunas preguntas generales que puedes hacerle a la posible niñera:
¿Has cuidado a niños de la misma edad que mis hijos?
¿Por qué eres niñera?
¿Cuál es el costo del servicio por hora?
¿Tienes alguna capacitación adicional o credenciales (cursos de RCP, clases para la primera infancia, etc.)?
¿Qué actividades tienes pensado hacer con mis hijos mientras los cuidas?
Una vez que hayas elegido a la niñera, preséntasela a tus hijos antes de irte para que la conozcan. Si es posible, pídele que vaya a tu casa mientras tú estás presente para que los tres —tú, tu niño y la niñera— jueguen e interactúen juntos un rato. Es importante que tus hijos te vean con la niñera para sentirse seguros con ella y saber que es una persona de confianza.
Antes de dejar a tus hijos con la niñera, asegúrate de acordar con ella los cinco puntos a continuación:
Alimentación. Hablen acerca del tipo de comidas —y la cantidad— que comen tus hijos. Ofrecerles sus platos y refrigerios favoritos puede ayudarles a sentirse más a gusto con la niñera.
Descanso. Hablen acerca de cuándo duermen tus hijos y por cuánto tiempo, de modo que puedan mantener sus hábitos de descanso. También es importante que la niñera sepa cuáles son los signos de que tus hijos tienen sueño (se frotan los ojos, piden tomar leche, etc.).
Disciplina. Explicarle y mostrarle a la niñera la manera en que tú atiendes el comportamiento de tus hijos es muy importante para formar su conducta y que desarrollen destrezas positivas con quien sea que estén. La constancia es importante.
Rutinas. Si tienes un modo particular de hacer dormir a tus hijos (leerles un libro, cantarles una canción de cuna, etc.), enséñale este hábito a la niñera para que pueda hacer lo mismo. La familiaridad de tu rutina les resultará útil y reconfortante.
Actividades. Piensa con antelación en actividades divertidas que tú apruebes para que tus hijos hagan mientras están al cuidado de la niñera, y comunícaselas. Por ejemplo, dile cuáles son sus libros o juguetes favoritos y qué les gusta hacer. Estos pasos sencillos ayudarán no sólo a que la niñera sepa qué hacer con tus hijos, sino también a que pueda relacionarse positivamente con ellos.
Consejo de crianza: Una vez que la niñera se haya ido, habla con tus hijos sobre cómo la pasaron con ella. Pídeles que te cuenten sobre las actividades que hicieron cuando tú no estabas y pregúntales si quieren volver a ver a la niñera. La opinión de tus hijos sobre su niñera es tan importante como la búsqueda de la persona adecuada.