El trastorno del espectro autista (ASD, por sus siglas en inglés) es un trastorno del desarrollo. Aquí encontrarás más información sobre esta afección y qué cosas debes controlar.
El trastorno del espectro autista (ASD) es una enfermedad del desarrollo, cuyo “espectro” abarca un amplia gama de habilidades y necesidades. El autismo puede afectar la capacidad del niño para interactuar y relacionarse con otras personas, así como la capacidad de hablar, aprender y comunicarse con los demás.
Los médicos no saben con exactitud cuáles son las causas, pero ya a los 18 meses de edad pueden aparecer posibles signos de ASD.
Hasta el momento no existe una cura, pero es posible manejar los síntomas y los efectos de la enfermedad mediante la coordinación de distintos cuidados y terapias. Los tratamientos más comunes son la terapia del habla/lenguaje, terapia ocupacional y física, apoyo de las destrezas sociales y tratamientos médicos.
Diversos estudios indican que los servicios de diagnóstico e intervención tempranos —cuando aún se está desarrollando el cerebro del niño— pueden mejorar considerablemente su capacidad de aprendizaje y comunicación hacia el comienzo del jardín de infantes.
¿Cuáles son los posibles síntomas del ASD?
El niño hace poco o ningún tipo de contacto visual.
Comienza a hablar después de los 2 años o pierde la capacidad de decir palabras o frases previamente aprendidas.
Habla con un ritmo o un tono anormal; puede usar una voz robótica o hablar como si estuviera cantando.
Tiene dificultades para relacionarse con otras personas, prefiere estar solo(a) y no le gusta que lo abracen.
No quiere jugar o juega de manera atípica, por ejemplo girando objetos una y otra vez sin parar.
Reacciona exageradamente ante ciertos olores, sabores, apariencias, sensaciones o sonidos.
Haga clic aquí para obtener más información sobre el trastorno del espectro autista. Para obtener información y recursos adicionales, visite The Help Group.
Consejo para padres: Como madre o padre, conoces a tus hijos mejor que nadie. Si notas que algo en su comportamiento o desarrollo no está bien, habla con el pediatra sobre lo que te preocupa.